lunes, 28 de febrero de 2011

Existen APOSTOLES hoy en día?? 3a. Parte y final

CONTINUACION DE: Existen APOSTOLES hoy en día?? 3a. PARTE Y FINAL DE LOS ARGUMENTOS EN CONTRA. Por Dr. Erick Linares.
de Erick Linares, el Lunes, 28 de febrero de 2011 a las 21:20


En la 1a parte de esta nota usted puede encontrar la secuencia de donde venimos y que nos ocupa.
http://www.facebook.com/note.php?note_id=187327237973409 (primera parte)
http://www.facebook.com/note.php?note_id=187482391291227 (segunda parte)

CONTINUAMOS..

16- Según el Nuevo Testamento, los apóstoles no tienen sucesores.
Para ser apóstol en el mismo sentido que los doce y Pablo, era requisito indispensable haber sido testigo ocular y presencial del ministerio de Jesús.
Hechos 1:21-22 Por tanto, es necesario que de estos hombres que han estado junto con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día que fue recibido arriba de entre nosotros, uno sea hecho testigo con nosotros de su resurrección.
1 Jn 1:1-4 Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Y estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido. Y éste es el mensaje que oímos de Él, y os anunciamos;

No solo testigo ocular y presencial del ministerio de Jesús; sino también testigo de su resurrección
Hch 10:39-42 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; al cual mataron colgándole en un madero. A Éste Dios resucitó al tercer día, y lo manifestó abiertamente, no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios antes había escogido, a nosotros que comimos y bebimos con Él después que resucitó de los muertos.

Por supuesto, tal cosa seria imposible después de morir los contemporáneos de Jesús.

17- El movimiento apostólico del día de hoy es en su contexto un movimiento ANTROPOCENTRICO, como un fenómeno socio-cultural de naturaleza religiosa, antes que un movimiento misiológico con principios bíblicos. Este movimiento persigue y busca el imperativo de tomar control sobre las respectivas iglesias o congregaciones, acreditándose una AUTORIDAD extrabíblica para establecer doctrina a través de los comunicados ex-cátedra. En tanto la Biblia tiene una autoridad y suficiencia sin ningun tipo de discusión; esta supuesta autoridad de los llamados así ¨apóstoles¨ actuales; puede abrir puerta a muchos errores doctrinales que en este caso podrían justificarse en el marco de las supuestas revelaciones.
Siendo que el fundamento es UNICO y ya ha sido establecido; la simple insinuación de que se puede o se necesita poner fundamentos adicionales al mismo; es a todas luces innecesario. La iglesia genuina no puede tener fundamento sobre fundamento. El movimiento apostólico moderno es erróneo ya que es anti bíblico EN EL SENTIDO INTERPRETATIVO DE LAS ESCRITURAS.

18- Las cartas pastorales no proveen información acerca del nombramiento de apóstoles ni de profetas, y el libro de los Hechos no indica que tal provisión fuera dada en las iglesias establecidas en los viajes misioneros. Los apóstoles no nombraron ni apóstoles ni profetas sino ancianos (Hechos 14:23).
Al terminar los viajes misioneros, Pablo se reunió con los ancianos de la iglesia de Efeso. (Hechos 20:17-38).
Claramente, a los ancianos también fue dada la función de obispos y pastores (Hechos 20:17; 1 Pedro 5: 1-2).

19- Bernabé fue mencionado como apóstol, pero en otro sentido, como misionero, uno mandado con un mensaje, o como un embajador, pero no fue ordenado con los 13. El nunca se llamó a sí mismo: “Yo soy Apóstol de de los Gentiles”, como Pablo si lo hizo.
Romanos 11:13 Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio.

20- En cuánto a LAS FUNCIONES DEL APOSTOLADO el NUEVO DICCIONARIO BIBLICO CERTEZA acota lo siguiente:
¨La primera especificación de Marcos en cuanto a la elección de los Doce es que “estuviesen con él” (Mr. 3.14).
La función primaria de los apóstoles era la de testificar de Cristo, y su testimonio estaba basado en años de conocimiento íntimo, experiencias adquiridas duramente, e intensa preparación.
Este es un complemento de su ampliamente reconocida función de testificar sobre la resurrección; porque la significación especial de la resurrección está, no en el hecho en sí, sino en su demostración, en el cumplimiento de la profecía, de la identidad del Jesús que fue muerto.
El haber sido testigos de la resurrección de Cristo los convirtió en testigos eficaces de su persona, y él mismo los comisiona para que sean sus testigos en todo el mundo (Hch. 1.8).
La iglesia está edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas Ef. 2.20
Los apóstoles son los asesores en el juicio mesiánico (Mt. 19.28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo: En la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel); y sus nombres están grabados en las piedras angulares de la ciudad santa (Ap. 21.14 Y el muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y en ellos los nombres de los doce apóstoles del Cordero).
Hay instancias en el NTNT Nuevo Testamento en las que, prima facie, otros, fuera de los Doce, también parecen haber recibido este título. Jacobo, el hermano del Señor, aparece como tal en Gá. 1.19; 2.9, y, aunque no había sido discípulo, compárese Jn. 7.5, fue objeto de una aparición privada y personal posterior a la resurrección (1 Co. 15.7). A Bernabé se le llama apóstol en Hch. 14.4, 14, y Pablo lo incluye en una discusión que niega diferencia cualitativa alguna entre su propio apostolado y el de los Doce (1 Co. 9.1–6). A *Andrónico y Junias, por otra parte desconocidos, probablemente se les llama apóstoles en Ro. 16.7, y Pablo, siempre cuidadoso con el uso de los pronombres personales, posiblemente llama así a Silas en 1 Ts. 2.6. Evidentemente los enemigos de Pablo en Corinto pretendían ser “apóstoles de Cristo” (2 Co. 11.13).
Los apóstoles constituyen el criterio de prueba de la doctrina, son los proveedores de la auténtica *tradición acerca de Cristo: delegados apostólicos visitan las congregaciones que reflejan nuevas orientaciones para la iglesia (Hch. 8.14ss; 11.22ss). Pero los Doce no nombraron a los siete; el concilio de Jerusalén (que fue tan decisivo) estaba formado por un gran número de ancianos, además de los apóstoles (Hch. 15.6; cf.cf. confer (lat.), compárese 12, 22); y dos apóstoles colaboraron con los “profetas y maestros” de la iglesia de Antioquía (Hch. 13.1). La administración o gobierno de la iglesia dependía de un don distintivo (1 Co. 12.28), normalmente ejercido por ancianos locales; los apóstoles eran, en virtud de su mandato, elementos móviles. Tampoco ocupaban un lugar prominente en la administración de los sacramentos (compárese 1 Co. 1.14).
Resulta evidente que el requisito esencial de un apóstol es el llamamiento divino, la comisión dada por Cristo. En el caso de los Doce, esta les fue encargada durante su ministerio terrenal. Pero no es menos evidente este sentido de la comisión divina en el caso de Matías: Dios ya ha elegido al apóstol (Hch. 1.24), aun cuando todavía no se conoce su elección. No se menciona ningún acto de imposición de manos. Se supone que el apóstol será alguien que haya sido discípulo de Jesús desde la época del bautismo de Juan (el “principio del evangelio”) hasta la ascensión. Sera alguien que tenga conocimiento del curso completo que siguieron el ministerio y la obra de Jesús (Hch. 1.21–22). Y naturalmente, debe ser específicamente testigo de la resurrección.
Pablo insiste igualmente en que fue comisionado directamente por Cristo (Ro. 1.1; 1 Co. 1.1; Gá. 1.1, 15ss). De ningún modo deriva su autoridad de los otros apóstoles; al igual que Matías, fue aceptado por ellos, no nombrado por ellos. No llenaba las condiciones de Hch. 1.21s, pero la experiencia en el camino a Damasco fue resultado de una de las apariciones vinculadas con la resurrección (compárese 1 Co. 15.8), y por ello podía afirmar que había “visto al Señor (1 Co. 9.1); por lo tanto era testigo de la resurrección. Tenía conciencia de que su pasado –como enemigo y perseguidor más bien que como discípulo– era diferente del de los otros apóstoles, pero se cuenta a sí mismo como uno de ellos y los relaciona con su propio evangelio (1 Co. 15.8–11).¨

21- Ningún individuo autodenominado ¨apóstol¨ actualmente podría afirmar con bases y evidencias suficientes más allá de toda presunción, los siguientes puntos:
a) Haber visto a Jesús corporalmente durante su ministerio terrenal;
b) Haber presenciado Su resurrección y testificarla en su carácter personal y presencial físico;
c) Haber escuchado de la propia voz de Jesucristo el evangelio y haberlo testificado (en el sentido de que TODO el evangelio ya fue recibido por COMPLETO y dado COMPLETAMENTE; ya que está contenido en el canon de la Palabra de Dios);
d) Afirmar que la función terrenal de los Apóstoles originales está INCONCLUSA o que es INEFECTIVA para el día actual; y que por lo tanto deberá ser completada o bien restaurada.
e) Presuponer que proclamando una función igual o parecida a los 12 apóstoles... son parte de un fundamento que ya fué establecido y que está relacionado con otro fundamento que se muestra en Apocalípsis 21:14 ( solo 12 fundamentos... solo 12 tronos para juzgar doce tribus).
f) Haber sido aceptado como ¨apóstol¨, por los doce apóstoles escogidos por Jesucristo. Aún si la Biblia nos indica que hubo otros apóstoles aparte de los 12, estos fueron testigos de la Resurrección de Jesucristo y delegados en sus funciones.

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