miércoles, 28 de abril de 2010

Embrace Life - always wear your seat belt

Mi familia es importante en verdad III

No cree que sería muy útil si existiera algún método que pudiera medir el nivel de aceptación o de desdicha que cada uno de los miembros de su familia experimentara, algo así como el esfingomanómetro que utilizo para medir la presión arterial de mis pacientes? Así usted podría saber quien de los miembros de su familia necesita un poco más de tiempo y de atención.
Qué fácil sería todo de esta forma! Cualquiera de nosotros podría chequear cuando estuvieran suficientemente llenos y complacidos, como para largarnos una noche de vez en cuando. Cuando el chequeo nos marcara ¨luz amarilla¨ entonces podríamos decir: ¨ok... es momento de unas vacaciones¨. También sabríamos en medio del silencio cuando podríamos tener digamos, un poco de intimidad con el cónyuge.
Lamentablemente, este tipo de medidor afectivo aún no ha sido inventado. Así que tenemos que medir los signos vitales de las relaciones familiares de alguna otra forma.
En términos generales, los hombres tenemos la tendencia a ver todo desde un punto de vista de ¨manual de operaciones¨; nos encanta saber y preguntar cómo funcionan las cosas. Las mujeres por el contrario desean que uno intuya y adivine lo que desean. Si alguien se toma el tiempo necesario para comprenderlas y adivinarlas, esto ya de por sí las hace sentirse valoradas.
No es tan sencillo como llegar con la pareja o con los hijos y preguntarles, ¨oye.. te pasa algo?¨. Lo más seguro es que recibiremos una ¨nada¨ como respuesta. Por eso es tan importante en el encontrar el equilibrio necesario, el hacer todo lo posible por recuperar la COMUNICACION; aunque sea de una manera burda y torpe, pero de alguna manera nos permitiría vigilar el latido del corazón de nuestros seres amados.
Es tan importante tratar de entender e ir un poco más allá de nuestras simples buenas intenciones. Si tratamos de juzgar solo por las apariencias, seremos incapaces de interpretar cuando el tanque de las emociones en nuestra familia esté ¨vacío¨.

Es imperativo DETENERSE lo suficiente para ver los signos vitales de su familia. Por lo general, sabemos cuando está pasando algo. Es muy difícil que alguien diga que estaba ciego ante los problemas causados por la desatención a su familia. La pregunta es: ... estamos dispuestos o no a salirnos de nuestras prisas el... tiempo suficiente para saber lo que está ocurriendo? Para alguien que lleva meses y años de rutina de trabajo o de servicio en la iglesia, DETENERSE le puede ser muy difícil. Pero detenerse es mejor... muchísimo mejor que tener que dejarlo todo abruptamente para atender una crisis familiar.

martes, 27 de abril de 2010

Alabaster Jar - Gateway Worship

You are Good - Gateway Worship

Song for Christiana

Mi familia es importante en verdad II

Cada vez que ud pone en peligro los intereses de su familia; debido a que está llenando vacíos en algún otro sitio como el trabajo o la iglesia, está moviendo de lugar sus prioridades. Una lealtad que era para un ser amado, es desplazada y entregada a alguien o algo más.



El mensaje enviado es este: ..¨Por supuesto que ustedes son importantes, pero en estos momentos hay algo que lo es más aún¨. Cuando nos aprovechamos del que ellos estén dispuestos a apoyar nuestros horarios y agendas disfuncionales y nuestro desorden en el manejo de las prioridades, les estamos enviando un mensaje de rechazo.

Es claro que nunca tendremos la intención de comunicarles o hacer sentir a nuestra familia que no son prioridad. Pero nuestras acciones hablarán más alto que las intenciones. Nuestras acciones pueden ser vistas... nuestro corazón o intención no.
Quizá usted tenga una docena de buenas razones para justificar el desplazamiento de su lealtad y sus prioridades con el fin de satisfacer las exigencias tan cambiantes de su mundo de trabajo o qué hacer en la iglesia. Pero en la administración y economía de las emociones humanas y familiares no se reconoce esa distinción. Ellos simplemente pensarán esto: ..si algo es más urgente, entonces también tiene que ser más importante. Así es como realmente lo interpretarán.

Digamos que usted no puede cenar con su familia porque tiene que ver a un cliente de última hora. O atender un paciente, como me ha tocado a mi; o consolidar una oveja con un problema que lleva semanas y meses incubándose y que precisamente ¨hizo crisis¨ a esa hora en particular. El mensaje que se envía es este: ¨Par...a mí, estas personas son más importantes que ustedes¨.
Claro que estoy seguro que no es así como usted piensa o siente. Pero lo que usted siente carece de importancia. Talvéz ud se los explique y ellos asientan demostrando estar de acuerdo, pero el mensaje siegue siendo el mismo: ¨En este preciso momento, mi prioridad es otra persona¨

Significa entonces qué no puede haber ocasiones en que pueda llegar tarde a casa? Por supuesto que si! Pero el mensaje que les hará llegar a su familia es el mismo, vez tras vez. El problema será cuántos mensajes de este tipo y con qué frecuencia ud los envía. Al final, si son demasiadas veces, terminará destruyendo la única seguridad que ellos necesitan..
No es dinero, posesiones materiales ni seguridad financiera lo que nuestra familia necesita. La única seguridad que ellos necesitan es saber y SENTIR que realmente SON PRIORIDAD para nosotros. Por supuesto que ud se sentirá tentado a buscar compasión y comprensión acerca de lo urgente que era atender aquella situación, pero eso no va a cambiar el fondo del mensaje: ... que todas las demás cosas y personas tienen una prioridad mayor; sobre todo personas que para nosotros y para ellos son totalmente DESCONOCIDAS!

lunes, 26 de abril de 2010

Mi familia es importante en verdad!

El CAMBIO que cada uno de nosotros debemos realizar en cualquier área de nuestra vida; es imprescindible que de verdad se lleve a cabo. Las buenas intenciones nunca han logrado nada. Si yo atropello a alguien con mi carro, aunque mi intención era dar un giro para no pegarle; de todos modos necesita ir al hospital...
Sus huesos no van a sanar de repente por causa de que mis buenas intenciones para no pegarle. Seguirá tan herido como antes. ASI PASA TAMBIEN EN EL MUNDO DE LAS RELACIONES FAMILIARES.
Para la mayoría, lo que atropella a su familia es LA AUSENCIA y LA FALTA DE TIEMPO.
En el mundo de las relaciones con otros seres humanos, especialmente con la familia; vivimos con la ILUSION de que nuestras buenas intenciones, sanan de alguna manera las heridas que hemos creado con NUESTRA AUSENCIA o con el desorden en NUESTRAS PRIORIDADES...
El problema verdadero no está en nuestras BUENAS INTENCIONES. Nuestra familia sabe de antemano acerca de ellas. Tampoco está en el CORAZON... porque no es esto lo que nos mantiene alejados de nuestra familia...
El problema está en NUESTRO HORARIO y nuestra agenda.
En el ambito del servicio en la iglesia, muchos piensan esto: ¨Dios tu comprendes mi amor por mi familia... yo me ocuparé de tus negocios, ocúpate tu de los míos¨. Esperan que El Padre haga el trabajo que les corresponde; mientras trabajan en algo que consideran esencial. Le estamos pidiendo así que Dios llene UN VACIO que solo nosotros podemos llenar en el hogar...
Fíjese en esto: Estamos dando por sentado que Dios NO puede llenar el vacío que dejamos en el trabajo o en la iglesia; pero que SI puede llenar el que dejamos en el hogar... mientras andamos por allí apresurados en hacer algo que podrían hacer mil personas más.
Es como hacer esta oración: ¨Padre amado, te ruego que hagas LO QUE SOLO YO PUEDO HACER (en mi familia), en tanto me esfuerzo por tí (tu sabes, a causa de tu llamado); EN HACER LO QUE MUCHOS OTROS podrían hacer tan bien como yo, o quizá mejor¨
Qué espiritual suena... verdad?!!
No podemos pensar y esperar que Dios ocupe NUESTRO lugar y que de paso proteja a nuestra familia de los efectos residuales de nuestra desorganización. No creo que exista alguien que pueda decir, que siendo niño; Dios llenaba el vacío que producía el que papá nunca estuviera, por estar todo el tiempo en el trabajo o en la iglesia...
tampoco creo que exista una madre que diga que su esposo descuidó a su familia en función de su exito profesional, en el trabajo o la iglesia; y que Dios llenó el vacío y todo salió bien. Que todo fue parte del arreglo, de que era para forjar un buen futuro; sin que hubiera heridos de guerra en el proceso en el propio hogar.
El riesgo de continuar haciéndolo, sin que el daño sea permanente es demasiado grande como para correrlo...
La mayoría de nosotros tomamos lo que le pertenece al hogar... nuestra presencia y nuestro tiempo para ellos; y salimos a ofrecerlo a extraños en el trabajo o en la iglesia. En casa, todos sonríen... aunque por dentro mueren. Todos lo aceptan, aunque en realidad no funcione.
¿Saben cuál es realmente el gran peligro de la AUSENCIA?
Que la familia se llega a acostumbrar a eso; luego en realidad, ya no es importante el que estés o no... y los efectos a largo plazo son inevitables; en tí y en ellos.
No basta con que la familia sepa que SON prioridad... ellos necesitan SENTIR que son nuestra prioridad. Por mucho; no es tanto amor lo que ellos necesitan. Es más un asunto de sentirse aceptados... importantes... necesarios y únicos en cuanto a nuestra agenda. Muchos aman a su familia en su corazón, pero no en su calendario!
Hay que reconocer que la familia SI puede ver el calendario y la agenda, pero no pueden ver el corazón. Así que no basta con que uno diga lo mucho que se ama a la familia; debería uno definir en qué lugar de la lista de prioridades encajan ellos.
Cuando nuestra familia SIENTE y crece con la seguridad de que ellos son la gran prioridad de nuestra vida... lo harán con un grado de TRANQUILIDAD que no se puede conseguir de otra manera, con nada a cambio. Ellos necesitan saber que, en cuanto a nosotros; no tienen que competir con nada ni nadie.
No hay nada que nuestra familia no acepte hacer si nosotros se lo pedimos; en cuanto a sacrificar lo que les pertenece. Ellos quieren complacernos. Así que el proceso va de ¨cuenta conmigo, no hay problema¨!!. Luego con el paso del tiempo, el entusiasmo decae... y entonces dicen: ¨te entendemos¨; para dar paso luego al silencio...
Al principio, el sacrificio que se les pide, no importando lo grande que sea; se convierte en un símbolo de aceptación de parte de nosotros hacia ellos. Pero luego, ese precio que pagan... ese sacrificio, se convierte en fuente de aquello que más temen: un símbolo de rechazo. Cuánto más tiempo pasa sacrificando lo que les pertenece, por nosotros... más rechazados se sienten!