jueves, 3 de junio de 2010

Las Señales de un corazón saludable.

Lo que vemos en los demás, no es necesariamente la realidad. Lo que otros ven en nosotros... no es necesariamente la verdad. ¿Qué pasa adentro? ¿Qué clase de corazón tenemos? ¿Cuáles son nuestros pensamientos y nuestra actitud? Todos nos inclinamos a aprender sobre éxito y prosperidad... y no tanto sobre humildad, madurez y obediencia...
A muchos les aterra profundizar en lo más íntimo de su corazón... pero es tan importante llegar hasta allí; porque es el único lugar en donde solo existo yo y mi Señor.

Señal No 1 : Cuando mi deseo de estar en un ministerio y servir, tiene su raíz en el afan de ayudar a otros Y NO EN EL DESEO DE SER FAMOSO.

Señal No 2: Cuando sabemos porqué hacemos lo que hacemos... y los resultados no SON LO MAS IMPORTANTE.

Señal No 3: Cuando somos suaves y apacibles, y no ANSIOSOS Y AGITADOS, por causa del activismo o nuestro carácter poco desarrollado.
1a Pedro 3:4 Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios. NVI

Cuando ministramos, lo hacemos de lo que hay en el corazón. Si lo hacemos con un corazón en mal estado... dañaremos a otros inevitablemente. En lo natural y en lo espiritual. El Señor no nos quiere PERFECTOS para ministrar... nos necesita SANOS para hacerlo! Perfección y excelencia no necesariamente van de la mano de la UNCION!

Señal No 4: Cuando la tormenta se presenta y en medio de ella se habla PAZ y se actúa así.
En Marcos 4:35-41 los discípulos no pudieron calmar la tormenta porque estaban tan agitados y en tanta actividad como ella. Jesús habló PAZ porque era esto lo que tenía en Su corazón.
Un buen ministro no debería repartir agitación... no debería producir estrés... no debería alimentar el conflicto. Un buen ministro debe ¨impartir¨ de la tranquilidad, la paz y la armonía que fundamenta su vida... NO TAN SOLO LOS DONES que tiene.
Cuando alguien nos empuja en dirección a vivir su propia tormenta y su propia agitación; estaremos en peligro de dañar nuestro corazón. Regularmente; a la hora de ¨hacer¨ la obra del Reino, las prisas y ansiedades ajenas te llevarán a dar más y más. Estarán contigo siempre para recoger el fruto. Pero, cuando se trate de recoger los pedazos de tu corazón... que quedaron tirados... te darás cuenta que nadie se detendrá a esperarte a que lo hagas; mucho menos a darte el tiempo de que los pongas de nuevo en su lugar. En ese momento; el único que estará contigo agachado junto a tí, para ayudarte a recoger uno por uno cada fragmento... verás que es Jesucristo. Por eso es mejor tomar las pausas necesarias... y prevenir el llegar a ese punto. Es necesario marcar distancia del ¨líder agitado y turbulento¨ del ¨líder ansioso y apresurado¨; porque en el no hay paz.
Muchas veces he escuchado: ¨Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón¨ Prov 4:23.
Otras tantas he oído infinidad de opiniones sobre cómo hacerlo. Pero encontré algo realmente revelador para mi, en Filip. 4:6-7; posiblemente la respuesta de cómo se guarda el corazón.
Filip. 4:6-7 ¨Por NADA estéis AFANOSOS, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios, en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y LA PAZ de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, GUARDARA VUESTROS CORAZONES, y vuestros pensamientos en Cristo Jesús¨.
NADA ni NADIE deberíamos permitir que nos afane. Cualquier cosa que nos preocupe o nos angustie, deberemos presentarla como petición a Dios en oración, acompañada de alabanza! La Paz sobreabundante, guardará mi corazón y mis pensamientos.

Señal No 5: Cuando se es capaz de rechazar y expulsar todo aquello repudiable, que invade nuestro corazón en contra de nuestra voluntad.
Si no somos capaces de sacar y expulsar todo lo que ocupa un lugar en nosotros, que no le corresponde... nuestro interior enfermará.

Señal No 6: Cuando se puede ser ¨sensible¨ y compasivo al dolor y la necesidad ajena... Un corazón que no visualiza su capacidad de cambiar las circunstancias de alguien más; está contaminado por sus propios mecanismos de defensa, como resultado de los abusos pasados.

Señal No 7: Cuando confiar y creerle a alguien más no es difícil. Cuando por años se practica no confiar en nadie... creerle a Dios se puede volver difícil. Tener FE significa también no ser tardos para creer. El Señor puede tener grandes planes para nosotros; pero no se realizarán si nosotros mismos dudamos que puedan ser posibles.

Señal No 8: Cuando no dudamos en absoluto de lo que Dios va a hacer... Un corazón lleno de incredulidad será incapaz de VER la obra sobrenatural del Espíritu Santo. Cuando por mucho tiempo se ha oído el mensaje de que no se puede confiar en nadie; nos llenamos de incredulidad y nos volvemos duros para creer.
Desconfiar.. como consecuencia de pensar que siempre que alguien nos va a dar algo; es porque desea otra cosa a cambio.
El problema es que sin darnos cuenta... pensamos de Dios de la misma manera. Sólo que al revés! Es decir; pensamos que para recibir de El Padre algo; tendremos que dar algo a cambio. No es poco común oír esto en las iglesias.... Y Jesús nos dijo: ¨Pedid y se os dará¨, no dijo: ¨Dad y se os dará¨
También dijo: ¨Y todo lo que pidiereis al Padre, en mi nombre, creyendo que lo recibiréis, os sera dado¨... no dijo: ¨Y todo lo que dieres al Padre¨.
Un corazón lleno de incredulidad; es aquel que participa y postula ¨el trueque espiritual¨. No es capaz de vivir y disfrutar de la GRACIA... no puede recibir de lo alto! No se ha dado cuenta de que el ¨dar para recibir¨ no aplica hacia El Padre... sino que; a los otros seres humanos.
Heb 3:12 Tened cuidado, hermanos, no sea que en alguno de vosotros haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo.
Heb 3:7-11 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo:
Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones,
Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años. A causa de lo cual me disgusté contra esa generación,
Y dije: Siempre andan vagando en su corazón,
Y no han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi ira:
No entrarán en mi reposo.

Continuará....

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